jueves, 28 de enero de 2010

La poética de Pasolini expresada en Who is me y Poesía en forma de rosa

La poética de Pasolini en Who is me y Poesía en fo








La poética de Pasolini expresada en Who is me y Poesía en forma de rosa
Si hubiésemos tenido la oportunidad de asistir a uno de los juicios que en vida se hiciera a Pier Paolo Pasolini -y si entendiéramos italiano claro- seguramente se dejarían escuchar palabras como: inaceptable, corruptor, traidor, vergüenza, osadía, prohibido. Quien representara todas estas calificaciones para la sociedad italiana entre los años 30 y los 70s debido al contenido de toda su actividad artística, vida, obra y acción es hoy para nosotros uno de los más brillantes poetas quien mantuvo viva hasta el final de sus días su lucha individual para dejarla correr en sus versos, novelas, películas y con todo ser siempre centro de críticas y de escándalos dentro de una sociedad dura, restrictiva y quizás para nosotros demasiado sensible e hipócrita.



Pier Paolo Pasolini, nacido en 1922, forma así parte de la gran fila de poetas en la historia descolocados de su sociedad y juzgados por sus contemporáneos. Su versatilidad le dio la fama que hoy nos hace recordarlo como un artista de múltiples facetas, que exploró desde los motivos de su creación artística mucho más allá de los predios de la poesía.



Reflexionando sobre el artista como bufón, tenemos a un Pasolini que en su hondo ser y así lo refleja en su poesía, se inscribe dentro de esta problemática, del artista como víctima en quien los demás concentran su descontento, su incomodidad, su ira. Como si la figura del artista incomprendido fuese un elemento necesario para armonizar el equilibrio de una sociedad que necesita de esa figura, a quien arrojar recriminaciones, a quien exiliar, a quien hacer motivo de sus burlas. Jean Starobinski en Retrato del artista como saltimbanqui escribía (1970): payaso es la figura reveladora que conduce a la condición humana a la amarga consciencia de sí misma. Dentro del mismo texto, continúa:



El viejo artista se ha separado de los hombres para subirse a las tablas: espera todavía atraer su atención; sin embargo, ha dejado de tener interés y son los hombres quienes se separan de él. La separación es doble, ya que corresponde en primer lugar, a la distancia tomada por el artista, y además, a la lejanía en que se encuentra el público. Pp76





Pasolini recuerda con su poesía esta imagen del viejo saltimbanqui donde la precariedad y la vulnerabilidad del sujeto son máximas. Donde la distancia de pensamiento es la condición indispensable para que se cumpla su estado de ser aislado y oscuro. ¿Qué hacer ante la apatía y el mal juicio de la sociedad donde vive, se desarrolla, se expresa un poeta? Su poema Who is me, poema autobiográfico (¿o autobiotrágico?), recoge episodios y reflexiones contadas desde el yo, donde la relación conflictiva con el poder hila los versos para ser imagen completa de la descolocación del poeta en esa sociedad y la ridiculización de la misma. Vamos a revisar algunas características de la poesía en ese poema y hacer un paralalelismo desde la similitud y la correspondencia a algunos poemas de Poesía en forma de rosa para conocer a mayor detalle cuáles eran las palabras y el reflejo de su sentir, o su intensión en esa su materia artística.



En Who is me, publicado post mortem en 1980 pero gestado desde hace ya muchos años antes hay un relato casi general de su vida, donde hay una clara confesión de su intensión de abandonar la poesía. Pero es sólo la intensión porque seguía haciendo uso de ella; era más bien como una autodepuración o venganza por no sentirse colocado entre sus lectores, es por eso que vemos una interpelación constante al lector, que viene a reflejar esa demanda de atención. Pasolini nos lleva a la historia de su yo y la poesía, en cómo la estimaba y poco a poco iremos asistiendo al desarrollo de un cambio de consciencia:

En cuanto a mi / a un inocente no le creen nunca / Además está demasiado ocupado pensando/ en un río celeste entre gravas extensas al pie de las/ montañas/ que corre bajo el sol de sus padres/ en otras vidas/ en vidas interpretadas de otro modo/ en otro significado de la vida/ que tampoco es el de los sueños/ si nuestra vida no es más que una sombra/ sobre nuestra verdadera vida que no conocemos/ pp39

Mis sueños íntegros de poesía./ Todo en poesía, podía encontrar solución/ Era como si Italia, su descripción y su destino/ dependieran de lo que yo escribía/ en versos imbuidos de realidad inmediata/ ya nada nostálgica, como si la hubiese conquistado con/ mi sudor. Pp41



Aún aquí hay una confianza y una esperanza en la palabra poética, lo vemos narrado desde la nostalgia por un presente muy diferente del anhelo en aquellos primeros tiempos de su escritura, donde la metáfora y el culto a la naturaleza, a lo bello, era prominente. Nos damos cuenta también que hay una aspiración de la palabra como reguladora del caos y de el poeta como mediador entre ambos. El poeta nos narra su confrontación con el orden político, social y no hay que desatender que esta relación de conflicto va a determinar su manera de asimilar su entorno.

La burguesía italiana que me rodea es una caterva de/ asesinos (…) en el mundo del capital la vida es una apuesta/ a ganar o perder:/ es la condición humana del laicismo burgués./ El que se expone, se confiesa, o no teme el ridículo, / acaba mal: es la ley. Pp45



Este tono ya es de defensa y exposición de su situación, en un tiempo en el que no hay libertad sin hostigamiento, es la vida del poeta maldito quien se convierte en enemigo del stablishment. Sus experiencias le hacen crear el estado de su subjetividad, lo que va a influir no sólo en el resultado de su poesía, sino también en su deseo de dejar atrás la idealización de la poesía y de conseguir una poesía realista arraigada en el presente, no en anhelos ni en el pasado cuando idealizaba al campesinado. Pasolini nos pasea por la historia de su vida, en el que poco a poco va apareciendo el signo de su cansancio por el hostigamiento social:



Y hoy os diré que no sólo hay que comprometerse/ escribiendo,/ sino viviendo: (…) hay que clamar más fuerte que nunca el desprecio/ contra la burguesía, gritar contra su vulgaridad,/ escupir contra la irrealidad que ha elegido como única/ realidad. Pp 47

(…) la droga, el asco, la rabia/ y el suicidio/ son, junto con la religión, la única esperanza que queda: / contestación pura y acción. Pp49



Asistimos a la paulatina transformación, o mejor dicho la conformación de un poeta adulto, experimentado, que desestima el alcance de la palabra poética y propone agregarle además la acción pura y la contestación. Esto es lo que el llamaría un acercamiento a la realidad, a ser un poeta de las cosas, al paso de abandonar un grupo para afianzar una lucha individual contra el poder italiano, a su deseo de ser un poeta civil comprometido con su ciudad, porque ya no es sólo que reprochen su conducta ni que no acepten su poesía, sino que Pasolini discrepa de ese orden de farsa y engaños, del capitalismo invasivo y expresa con su interpelación una intensión de hacer ver su pensar a sus contemporáneos, cegados por la ambición de poder o la defensa por mantenerse en él.



Es importante agregar que además de que el poder se defendiera de Pasolini acusándolo, hay un rechazo de orden moral hacia su persona, por todo lo que el poeta representaba y expresaba no sólo con su palabra sino precisamente también con sus actos. Pasolini entonces confiesa que los verdaderos motivos por los que abandonó un poco la poesía era su deseo de rechazar su nacionalidad italiana y todo lo que conllevaba escribir en esa lengua. Lo que implica una característica de su poesía: la contradicción entre ayudar a que las personas se den cuenta de la farsa a la que contribuyen o la de abandonar a esa su nación que le acusó con creces y que se hacía sorda a su pasión. Esa contradicción está aunada a su condición de cómo él mismo se llamaba: “masoquista, exhibicionista y masturbador”, rasgos de esa naturaleza contestataria y rebelde ante la represión que a su vez le otorgaba un placer estético, su estética de la realidad. Sigue diciendo sobre la poesía:



No es ella pues la que cuenta, / nunca. / Al menos si es concebida como poesía/ La lengua de la acción, de la vida que se representa, / es infinitamente mucho más sugestiva. / Es ella la que se reconstituye – apenas cerrado-/ a partir de un libro de poesía: es ella antes y después: / en el medio hay un vehículo expresivo/ que la evoca, eso es todo. Obra de hechiceros. Pp 67 Esto también te lo he contado/ evitando ser poético/ para que no me leyeras como se lee a un poeta. Pp65



Invitando a la discusión sobre la poesía y la acción y el papel del poeta como mediador hechicero que evoca los hechos de la realidad y los vierte sobre un libro. Es interesante detenerse en la diatriba por la que está desestimando la función de la palabra poética. Porque cuando denuncia los ideales poéticos desarraigados de la realidad los hace dentro del mismo ámbito de la poesía, es decir, no está haciendo un ensayo sobre lo que debería ser la poesía, sino que está escribiendo sobre la poesía en versos poéticos. Y continúa:



¿Es realmente necesario introducir esa lengua viva en una lengua convencional, / para que después se libere y vuelva a ser la que es, / lengua viva, en el lector? (…) nada vale más que la vida. / por eso yo solo quisiera vivir, aún siendo poeta, / porque la vida se expresa también sólo por sí misma. / Quisiera expresarme con ejemplos. / Arrojar mi cuerpo a la lucha. / Pero si las acciones de la vida son expresivas, / también la expresión es acción (…) como poeta seré de las cosas. / Las acciones de la vida sólo serán comunicadas, / y serán ellas, la poesía. Pp 99

Así, Who is me concentra el conflicto de Pasolini con su obra artística y su relación con su entorno social que vino a determinar su manera de reaccionar y de escribir. Acción que explora muchas formas de expresión, como el cine. En el ensayo Quasi un testamento deja un poco al claro esa transición y el estado de las cuestiones en la cultura italiana y sobre su valoración de la poesía y el cine:



“Es una cultura de sedentarios, todos iguales entre ellos, todos pequeñoburgueses y todos integrados. Los católicos están orgullosos de su catolicismo; los laicos, de su laicismo. Las vanguardias son casos de esnobismo y (afortunados los vanguardistas, que siguen siendo tan ingenuos como para creer en estas cosas) ¡de poder literario! No hay que olvidar que Italia es, culturalmente, una provincia. Y no hay que olvidar lo que dice Goldmann respecto de la homología entre una sociedad y las obras literarias que produce. Hay algo de vida en el cine (que es, semiológicamente, un sistema de signos no nacional sino internacional; por lo tanto, los directores de cine están menos condicionados por la mezquindad de su mundo nacional que los escritores).

No, no escribo poesía desde hace dos o tres años. La verdad es que no me lo esperaba. Empecé a escribir poemas cuando tenía siete años, y he seguido escribiendo sin interrupción hasta hace precisamente dos o tres años. ¿Que por qué ya no escribo poemas? Porque he perdido el destinatario. No veo con quién dialogar utilizando esa sinceridad típica de la poesía, que llega incluso a ser cruel. Durante años he creído que existía un destinatario de mis confesiones o de mis testimonios. Pero ahora me he dado cuenta de que no existe; de que con los amigos no es necesarios expresarse a través de la poesía: se expresa uno existiendo. Las exageraciones, los excesos y las ideas de cada uno se expresan viviendo. La poesía necesita que haya una sociedad (es decir, un destinatario ideal) capaz de dialogar con el pobre poeta. En Italia no existe tal sociedad. Existe aún un buen pueblo simpático (especialmente allí donde no llegan los periódicos ni la televisión) y una pequeña élite de burgueses cultos y desesperados. Pero una sociedad con la que uno se pueda poner en contacto a través de la poesía no existe. (Lo digo porque un poeta ha de tener ilusión, pero cuando la ha perdido no debe figurarse que la tiene todavía).

Sólo hay una cosa esencial en una buena película: el hecho de que en la pantalla pase algo real. El arte es una concepción: es un sistema estilístico dentro de un sistema lingüístico. Es un mensaje dentro de un código. Esto conlleva muchos compromisos. Por supuesto, la forma más pura de arte es el silencio absoluto de los poetas que no escriben”





Para hacer una muestra mayor de análisis de esa poética de Pasolini, vamos a verlo reflejado en algunos de sus poemas reflejados en Poesía en forma de rosa. Libro del que se ha dicho, representa un quiebre en la poesía pasoliniana. Porque expresa con claridad y con belleza las razones para desestimar la poesía y el carácter conflictivo de su relación con la palabra.

Irreal es toda idea, irreal toda pasión/ de este pueblo desde siglos disociado, / cuya suave sabiduría, si le ayuda a vivir/ jamás le ha liberado. / Mostrar mi rostro, mi delgadez/ alzar mi pueril, solitaria voz, / carece de sentido: hábito crea la vileza/ de ver morir en forma atroz/ a los demás con la más extraña indiferencia. / Yo muero y también eso me hace daño. En La Realidad, Guinea. Pp17

Ah, sí, burguesía / claro que quiere decir hipocresía, pero también / odio. El odio exige víctima y la víctima es una. En La Realidad, Poesías mundanas. Pp 23



Los poemas aquí recogidos fueron escritos entre 1961-1964 y contienen el sentimiento de un poeta en su etapa de fama y miseria moral. De viajes realizados gracias a sus películas. Pero de una gran desilusión y en apariencia conformismo de no escuchar resonancia a sus escritos y a su obra en general. Ya no es el cine, la salvación y la puerta de escape para lograr esos ansiados destinatarios sino que en general su persona es juzgada e ignorada.

Y yo, incapaz ya de comprender/ qué gozaba del poder de interesarles, / de tener significado para ellos, / de moverles a la risa, al llanto, / era un trozo viejo de periódico, / arrastrado por el nuevo viento/ entre sus pies de Ángeles. En El libro de las cruces, La nueva historia. Pp 98

Corazón de los hombres, que yo ya no sé/ como hombre, un juzgar, ni amar, / forzado como estoy aquí, / en el fondo del mundo, a sentirme diferente, / perdido a todo el amor de juventud. En La Realidad, Buscando casa. Pp 35



Como una reminiscencia de ese viejo saltimbanqui al que hace referencia Starobinski, donde ya hay una rendición por la palabra ignorada. Como si se hubiese desgastado aquel viejo fulgor de los primeros años en que la ilusión y el entusiasmo colman el espíritu del poeta. Ahora no, ahora hay una necesidad de ser escuchado, de hacer convocatoria para obtener una reacción en los destinatarios: Y, yo, feto adulto, doy vueltas y revueltas, / más moderno que todos los modernos / buscando hermanos que ya no existen. En La Realidad, Poesías mundanas. Pp 28



En Poesía en forma de rosa se expresa poéticamente aquello que nos cuenta Pasolini en Who is Me. Libro tras libro va dándonos trozos de su estética de la propia realidad. Y no es que haya un conflicto con la poesía, porque siguió haciendo uso de ella como ya se ha dicho, pero si se enfrenta ante la verdadera función de su papel como poeta: su poesía expresa un testimonio personal de sus cuitas, no eran cualidades de falsa víctima lo que perseguía mostrar Pasolini en su poesía, era la expresión sublime de su realidad transmitida desde la impotencia y el espíritu rebelde. Siempre parece curioso e interesante esa contradicción de muchos poetas en pretender cambiar al mundo con su palabra, ennoblecer los espíritus y conseguir la identificación de sus semejantes, siempre desde la libertad expresiva y vital pero a la vez está la contradicción de si esa palabra será más efectiva que la acción de la propia vida sin su evocación poética. El problema nace cuando esta poesía reaccionaria intenta armonizar ambos ámbitos por demás distintos y en apariencia irreconciliables. Y así, no conseguir ese deseo genera una nueva poesía, esta vez del tipo Pasoliniana, de poeta que rechaza la abnegación:



Sin embargo, yo –como en el sueño-/ me emperro, en mis ilusiones, dolorosas, / de lombriz paralizada por fuerzas incomprensibles: / << ¡No, no que es sólo un sueño!/ ¡La realidad está fuera, en el sol triunfante, / en las alamedas y en los cafés vacíos/ en la suprema afonía de las diez de la mañana, / un día, con su cruz, como todos los demás!>> En Una desesperada vitalidad, Las bonitas banderas. Pp 127



Con el siguiente poema quiero dar fin a mi ensayo de mostrar con la propia poesía pasoliniana el toque con el que Pier Paolo Pasolini nos da luces de su lúcida consciencia de ser una víctima sacrificial de su tiempo, maldito por los mismos hados del destino, y no tiene otra intensión que mostrar que Pasolini aunque pretendiera ser un poeta de las cosas, un poeta civil, lograba por el contrario ser dueño de una palabra bella y profunda, refejo sí de su realidad al borde del abismo:



Una desesperada vitalidad. VII

<
y serás ingenuo y amable, fiel y equilibrado,

tendrás una infinita capacidad para obedecer

y una infinita capacidad para rebelarte.

Serás puro.

Por eso te maldigo.>>



Veo todavía su mirada

Llena de piedad – y del ligero horror

Que se siente por quien la inspira,

- la mirada con que se sigue

a quien va sin saberlo hacia la muerte

y, por necesidad que domina al que sabe y al que no,

nada se le dice –

veo todavía su mirada,

mientras me alejaba

de la eternidad – hacia mi cuna.


Arisleidy Guevara

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